Sunday, June 03, 2007

ÁBRETE SESO

No, ni muy lejos ni hace mucho tiempo.
Fue hace poco, un día que recuerdo perfectamente, en un lugar bien conocido.
Ali Baba, paseaba por ahí, igual de inútil que siempre.
Pero esta vez no tenía en su bolsillo las galletitas de sésamo que le había hecho su mamá. Tenía unos restos de guiso de seso ya medio putrefacto, en un tupper mal cerrado.
Inútil y chusma.
Escuchó cuando yo rogaba a mi seso que se abriera, que necesitaba entender.
Volvió a la noche, se paró frente a mi cama y dijo: “¡ábrete seso!”
Inútil, chusma, otra vez inútil.
Esta vez no fue Casim el olvidadizo: pese a sus esfuerzos no consiguió recordar la contraseña para cerrarlo. Olvidó que con tan solo decir “ciérrate seso” me devolvía mi intimidad.

Y hoy tengo los sesos abiertos. Todo lo mío quedó en manos de todos, menos en mi cabeza.
Ni mis sesos me pertenecen ya, ni mis ideas, ni mis deseos, ni mis miedos, ni mis recuerdos…
Todo lo mío está ahí afuera, dentro del mundo. Lejos de mi alcance.
Me quiero de vuelta, y no sé como.

Friday, June 01, 2007

SOUPE Á L'OGNION



Anoche, supe a “l’ognion”
Sí.
Me pegó un tarascón, de esos que me gustan, ahí en la muñeca, y me dijo: “tenés gusto a cebolla”.

Empezaron a arderme los ojos. Se llenaron de agua y finalmente rebalsaron: comenzaron a deslizarse lágrimas de vaselina por mi cachete.

Alguien me dijo que la cebolla te hace llorar solo cuando la cortás con un cuchillo mal afilado. Descreo. Pero tal vez hubiera preferido que me hiriera con un cuchillo bien afilado, a que me mordiera con sus dientes infectos, y me dijera que sabía a cebolla.

O quizás, si hubiera tenido agua en la boca…