Friday, June 01, 2007

SOUPE Á L'OGNION



Anoche, supe a “l’ognion”
Sí.
Me pegó un tarascón, de esos que me gustan, ahí en la muñeca, y me dijo: “tenés gusto a cebolla”.

Empezaron a arderme los ojos. Se llenaron de agua y finalmente rebalsaron: comenzaron a deslizarse lágrimas de vaselina por mi cachete.

Alguien me dijo que la cebolla te hace llorar solo cuando la cortás con un cuchillo mal afilado. Descreo. Pero tal vez hubiera preferido que me hiriera con un cuchillo bien afilado, a que me mordiera con sus dientes infectos, y me dijera que sabía a cebolla.

O quizás, si hubiera tenido agua en la boca…

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